4 sencillos pasos para la impermeabilización exterior
La humedad siempre ha estado presente en nuestros hogares. Pero la humedad parece haberse convertido cada vez más en un problema debido a los métodos de construcción y los materiales de construcción modernos. Por lo tanto, es conveniente dar varias explicaciones sobre cómo se genera esa humedad no deseada y cómo se pueden prevenir los daños de construcción asociados.
En lo que respecta al tema de la humedad, la mayoría de nosotros piensa principalmente en las influencias climáticas exteriores. Como protección contra ella, los edificios se envuelven de forma hermética. Al hacerlo, se piensa poco en el hecho de que el aire que circula en las habitaciones individuales también lleva humedad. Además, este aire absorbe humedad adicional debido a la cocina, el lavado, la ducha, la transpiración, etc. Como resultado, un hogar de tres personas puede verter al aire aproximadamente entre 6 y 14 litros de agua al día. Esta humedad interior se produce de forma totalmente natural y es inevitable. Un cierto nivel de humedad es también necesario para un clima interior confortable.
La dificultad del aire húmedo consiste en que es esencialmente imperceptible. Lenta e imperceptiblemente libera su humedad al ambiente. Aunque el exceso de humedad interior puede eliminarse ventilando regularmente, esto hará que una parte de ella sea absorbida por las habitaciones y la mampostería La humedad se convierte en un problema cuando la mampostería está permanentemente expuesta a la humedad, y ésta no tiene forma de escapar.
Problemas de humedad en la piedra de chapa fina fabricada
Entre las soluciones arquitectónicas y constructivas más sostenibles, la fachada ventilada se define como una de las más valoradas. La razón se encuentra en el excelente rendimiento térmico que consigue, además de evitar los problemas de humedad: este sistema de revestimiento para edificios deja una cámara de aire entre el material de revestimiento y el aislamiento, evitando así los puentes térmicos.
Simplificando, las fachadas ventiladas consiguen una separación física entre el ambiente interior y exterior del edificio, lo que significa que, si hace calor o frío en el exterior, esta temperatura no se reflejará en el interior, y por tanto se consigue un edificio energéticamente eficiente. Esta eficiencia energética no sólo se traduce en una baja factura energética a medio y largo plazo, sino que, entre otras ventajas, cuentan las fachadas ventiladas:
Otras soluciones utilizadas son las fachadas metálicas, como el aluminio pulido o el zinc, así como los materiales compuestos (polímeros, plásticos, o compuestos tecnológicos similares a la madera), o incluso el vidrio. Las fachadas ventiladas de madera son una solución más natural y ecológica: las variedades más comunes suelen ser el cedro, el iroko, el alerce o el castaño.
Cómo evitar que la humedad penetre en la mampostería
Esta página de recursos sigue los Conceptos de Gestión de la Humedad y se basa en la física de la gestión de la humedad al abordar las estrategias de gestión de la humedad que pueden desplegarse eficazmente en el diseño de los cerramientos. Estrictamente hablando, el diseño para la gestión de la humedad también debe reforzarse mediante una construcción adecuada, la garantía de calidad y la puesta en marcha del cerramiento del edificio. Una vez entregado el edificio terminado, también debe haber una inspección y un mantenimiento continuos que garanticen un rendimiento aceptable a lo largo de la vida útil del cerramiento.
Los edificios bien diseñados tienen muchas virtudes, entre ellas la capacidad de servir a los fines previstos y mantener un refugio esencial para las actividades humanas. Los edificios también deben resistir las diversas cargas de servicio, las tensiones ambientales causadas por la temperatura, la humedad, el viento, las precipitaciones e incluso los raros sucesos de terremotos o inundaciones. También deben proporcionar un ambiente interior saludable y libre de contaminantes atmosféricos; y deben mantener estas funciones durante toda su vida útil prevista.
Repelente de agua extremo en fachada de mampostería, en baldosas de ladrillo, en
La humedad es un problema muy común, sobre todo en edificios antiguos o mal conservados. Es muy probable que las humedades que se producen en la parte interior de la fachada o en el tejado de un edificio se deban a la filtración de agua de lluvia a través de secciones que no han sido selladas correctamente.
El agua que se filtra a través de grietas y fisuras mal selladas en fachadas y cubiertas puede provocar problemas mucho más graves que afectan a elementos estructurales, como pilares y vigas, que pueden hacer que su capacidad de resistencia se vea reducida ante la presencia de humedad, poniendo en riesgo la estabilidad del edificio.
Realizar un correcto diagnóstico inicial para seleccionar el tratamiento más adecuado y aplicarlo ante los primeros indicios de aparición de humedades, es fundamental para llevar a cabo la obra con éxito y evitar las consecuencias más graves que provoca esta patología.
Debemos empezar por localizar el punto donde se ha producido la filtración de agua y para ello tendríamos que inspeccionar la fachada/techo en las zonas más cercanas a las manchas de humedad o desconchados que han aparecido en el interior del edificio: